lunes, 29 de junio de 2015

Breverías. Una noche de verano.

Quisiera ser tu lucero.
Desearía ser tu camino.
Tu árbol, tu piedra, tu sino,
tu canción, tu "Te quiero".

Tus mentiras,
tus besos,
mis intrigas,
mis rezos.

Me gustaría sentirte
en la humedad de la noche,
en el frío despertar,
en el caluroso coche.

Ese ruido que me atormenta
no es sino el producto de tu tempestad
cuando se une con mi tormenta.

Me mentiste. Me lapidaste.
Me heriste, me mataste.

El orgullo de mi ser resbaló sobre mi piel como gota de sudor.
Y me sequé con el calor de tu esencia.
No lo notaste al momento. Lo sé, amor.
Me diste tanto placer aquella noche como yo a ti paciencia.

Después de todo, el cielo se abrió
para que nosotros pudiéramos contemplar
su belleza tan singular:
el motivo de nuestro amor delante de nosotros se mostró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario